Dos inmigrantes cubanos que se salvaron de morir en altamar, y fueron testigos del asesinato de dos de sus coterráneos tras haber pagado a sus victimarios para guiarlos en una inhóspita travesía hacia el ‘sueño americano’, son claves ante la justicia de los Estados Unidos para desmantelar una red de traficantes de indocumentados, conocidos como ‘coyotes’.
Hace años se sabía de esta estructura; de hecho, hace un mes, uno de sus miembros fue condenado en Ipiales, Nariño, a cuatro años de cárcel como miembro de la banda criminal conocida como ‘los Coyotes’, pero a ninguno de ellos se les había abierto un expediente en un tribunal de Estados Unidos.
Todo cambió a partir del momento en que fueron escuchados los testigos, quienes suministraron nombres y el perfil de los traficantes. Lo que contaron desencadenó la inminente solicitud de extradición de los cuatro colombianos. Según la justicia estadounidense, podrían recibir una sentencia por más de 20 años de cárcel.
Una fuente de la Embajada de Estados Unidos en Colombia le dijo a EL TIEMPO que este no será el único pedido de extradición que se haga de colombianos involucrados en este delito.
El requerimiento de los primeros cuatro ya pasó por la Corte Suprema de Justicia, sala de Casación Penal, la que dio una respuesta favorable a la solicitud de extradición de Jhoan Stiven Carreazo Asprilla, conocido como ‘Playboy’, y de Carlos Emilio Ibargüen Palacio. La solicitud también menciona a Jorge Fernando Rivera Weir y Fredys Valencia Palacio, quienes aún no han sido capturados.
Es un hecho ejemplar que golpea a la red de los denominados ‘Coyotes’.
Se convierte así este hecho en un suceso histórico, desde que se firmó el acuerdo bilateral entre Colombia y Estados Unidos en 1979, al ser extraditados colombianos implicados con el tráfico de migrantes.
Norteamérica los acusa de “exhortar e inducir a un extranjero indocumentado para venir, entrar y vivir en este país, sabiendo, y con total indiferencia, el hecho de que dicha venida, entrada y permanencia es una seria violación a las leyes”.
Entre cuatro que aparecen en la solicitud, Carreazo Asprilla, de 20 años, e Ibargüen Palacio, de 26, son los primeros ‘coyotes’ que afrontarán la justicia norteamericana, ya que ambos se encontraban detenidos en la cárcel de Apartadó, Antioquia, donde recibieron la notificación de extradición.
Ambos habían sido capturados por la Fiscalía antes de producirse la solicitud de las autoridades de los EE. UU. a la Corte Suprema de Justicia. Los hechos por los que un juez emitió la orden judicial tienen que ver con el homicidio de Edelvis Martínez Aguilar y de Dunieski Eliades Lastre, quienes murieron en Matuntugo, Urabá.
Sin embargo, este crimen no será tenido en cuenta por la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Florida, porque el ‘indictment’ o sumario solo deja de presente los delitos de concierto para delinquir y tráfico de migrantes.
Uno de los testigos aseguró que le pagaron a los ‘coyotes’ colombianos 1.500 dólares para que lo llevaran desde Cúcuta, Norte de Santander, hasta Panamá, y de allí a los Estados Unidos.
Sin embargo, al llegar a la zona de frontera, los traficantes solicitaron más dinero; ante la negativa de los cubanos, que aseguraron no tenerlo –añadió el testigo–, los ‘coyotes’, iracundos y en descontrol, los asesinaron con arma blanca.
EL TIEMPO