Esta semana, una historia casi inverosímil sacó a Perú de su rutina: Watson Franklin Mandujano, un joven de 24 años, fue declarado muerto pero luego empezó a respirar en su propio velorio. El hecho fue reportado por varios medios de ese país, entre ellos, RPP Noticias: “La ceremonia se realizaba con la solemnidad del caso cuando uno de sus familiares, que es doctor, notó algo raro. Watson estaba respirando”.
La historia sucedió en una ciudad llamada Tingo María, del departamento de Huánuco, ubicado en el centro del país. Se encuentra casi a 500 kilómetros de Lima. El diario Correo dio más detalles del caso y contó que Mandujano había salido de su casa para hacerse un tratamiento dental pero, al poco tiempo de regresar, la temperatura de su cuerpo comenzó a subir y también aumentaron los escalofríos, el vómito y hasta las incoherencias que hablaba. Su esposa, preocupada, lo llevó a un centro de salud, del cual fue remitido a Tingo María.
“A las 2:30 de la madrugada llegó de emergencia y le efectuaron una electroshock, luego al ver que convulsionaba y parecía alocarse le recetaron tres pastillas de Diazepan, un fuerte sedante que lo mantenía dopado. Así lo mantuvieron todo un día y por la noche también los médicos recetaron otras tres pastillas del mismo producto y a las 4:10 de la madrugada del otro día el médico Miguel Meza Garay lo declaró muerto, con lo cual lo pusieron en un rincón de la sala a la espera de sus familiares”, se lee en el diario Correo.
La historia, sin embargo, no tuvo un final feliz. Al notar que respiraba, sus familiares lo sacaron del ataúd y fue trasladado a un hospital, pero allí no duró mucho con vida. Su familia le pidió a la Fiscalía investigar.
ELESPECTADOR