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¿Nuestro primer ancestro sería un roedor?

No es mentir cuando se dice que los humanos tenemos un poco de ratas… Bueno, al menos de roedores, para que a algunos les suene mejor.

Dos estudios publicados casi al tiempo aportan datos sobre esos primeros ancestros hace más de 140 millones de años, animales nocturnos, y también acerca del momento en el cual pasaron a vivir a plena luz del día.

En la llamada Costa Jurásica, en Dorset, al sur de Inglaterra, en pleno canal de la Mancha, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, dos dientes revelaron datos de esos roedores, los primeros mamíferos que la evolución llevó a una gran diversidad de actuales, desde la ballena azul a la musaraña enana.

Dientes que pertenecieron a una criatura pequeña, como una rata, que vivió hace 145 millones, a años de la sombra de los entonces dominantes dinosaurios.

Para los científicos involucrados en el estudio publicado en Acta Paleontológica Polonica, estos son los fósiles más antiguos de mamíferos de los cuales surgieron los humanos.

Steve Sweetman, de la Universidad de Portsmouth, especializado en pequeños vertebrados que vivieron con los dinosaurios, identificó los dientes, hallados por Grant Smith, de esa universidad.

“Son dientes de un tipo muy evolucionado, que entendí que estaba mirando restos de mamíferos del Cretáceo temprano que más se parecían a los del Cretáceo tardío, unos 60 millones de años más tarde en la historia geológica”, explicó Sweetman.

El investigador no cree que un espécimen encontrado en China, de hace 160 millones de años, sea como se proclamó en su momento la evidencia más antigua de un mamífero ancestro directo de los humanos.

Esos pequeños mamíferos, según el investigador, debían ser peludos y nocturnos. Tal vez habitantes de madrigueras y probablemente comían insectos, mientras que los más grandes también podían haberse alimentado de plantas.

Diurnos

¿Cuánto tiempo pasaron bajo la luz de la Luna?

El otro estudio, publicado en Nature Ecology & Evolution, sugiere que los mamíferos solo salieron a la luz del día tras la desaparición de los dinosaurios no voladores hace unos 66 millones de años, tras el impacto del gran asteroide que acabó muchas formas de vida predominantes entonces.

Hasta ahora se ha afirmado que se mantuvieron en modo nocturno mucho más tiempo, pero la investigación conjunta de la Universidad de Tel Aviv y el University College London dice otra cosa.

En el estudio analizaron datos de 2.415 especies de mamíferos de hoy usando algoritmos de computador para reconstruir la probable actividad de esos ancestros que vivieron hace millones de años.

En el análisis usaron dos árboles genealógicos de familias de mamíferos con distintas líneas evolutivas.

Los resultados de ambas indican que cambiaron a modo diurno poco después de la desaparición de los dinosaurios, un cambio que no fue instantáneo sino que incluyó una etapa intermedia de actividad parte día, parte noche durante millones de años, coincidiendo con la extinción de aquellos grandes animales.

“Quedamos sorprendidos con esa correlación tan cercana entre la desaparición de los dinosaurios y el comienzo de la actividad diurna de los mamíferos, pero llegamos al mismo resultado usando varias alternativas de análisis”, explicó Roi Maor, autor principal.

Uno de los problemas para la documentación fósil de ese cambio de ese modo de vida, de acuerdo con Tamar Dayan, coautor, es que las adaptaciones se muestran en el tejido blando, que no sobrevive hasta nuestros días.

Pero se necesitarán más estudios, y otros hallazgos, para trazar mejor el árbol evolutivo que siguieron los mamíferos hasta nuestros días y hasta nosotros.

De las madrigueras a dominar el planeta.

ELCOLOMBIANO