El pasado viernes en inmediaciones del barrio La Castellana en Bogotá, un vigilante le disparó en repetidas ocasiones a su pareja sentimental con su arma de dotación y posteriormente se quitó la vida. Hechos como este, que son más comunes de lo que se cree en nuestro país, son de alguna forma producto de la falta de rigurosidad por parte del gobierno nacional y de los organismos de control, a la hora de evaluar qué personas son aptas para este tipo de trabajos y cuáles no. Es importante tener en cuenta que los vigilantes en Colombia son personas en su mayoría de bajos recursos, con poca formación académica, y en muchos casos con serios problemas personales debido a las carencias que les brinda un país como el nuestro, y que tras sencillos pasos acceden a un trabajo de altísima responsabilidad, en el que además pueden manipular armas de fuego todo el tiempo. Es por esto la importancia del llamado de ciertos sectores del país, para que desde el congreso se legisle urgentemente en pro de la rigurosidad de los exámenes psicofísicos a los vigilantes en Colombia, y que se hagan con la mayor frecuencia posible, pues de esto depende la seguridad y la tranquilidad de millones de personas en nuestro país.