Noticias

¿Y si la obra más cara del mundo es falsa?

Una pieza atribuida a Leonardo da Vinci se convirtió tanto en la pintura más cara del mundo, como por la que más se ha pagado en una subasta: el Salvator Mundi costó 450 millones de dólares. Casi duplica el récord que tenía Las mujeres de Argel, de Pablo Picasso. En 2015 se pagaron, en subasta, 201 millones de dólares.

Sin embargo, como sucede a menudo con obras descubiertas de autores reconocidos, Salvator Mundi ha generado sospechas en cuanto a su verdadero autor. Las grandes casas de subasta Sotheby’s y Christie’s, que han impulsado la valorización de esta pintura, la han avalado como un auténtico Da Vinci, pero otros expertos no lo creen así.

La incógnita sobre la titularidad de la obra también se debe al pobre estado de conservación y las variadas restauraciones. Se notan repintes, barnizados y restregados que hacen dudar de su verdadera procedencia. El crítico de arte Jerry Saltz escribió en New York Magazine que éstas eran noticias de arte falso y que, más bien, para él la obra estaba absolutamente muerta.

Arte o fetiche

Además de la autenticidad y el verdadero origen del cuadro, el debate plantea otra cuestión: ¿quién está detrás de los grandes mercados del arte?

En marzo de 2008 el artista Damien Hirst sacudió el sector y la bolsa de Nueva York al vender sus obras por casi 200 millones de dólares durante dos días, sin siquiera pasar antes por galerías.

Para el crítico, curador e investigador de arte Halim Badawi, “indudablemente el valor simbólico que representa un cuadro de Da Vinci es la razón por la cual se eleva su precio”. Aún así, el desorbitante número en una obra plantea paradojas que superan al arte mismo.

Nydia Gutiérrez, curadora del Museo de Antioquia, plantea, a propósito del Da Vinci, que es una “demostración de que lo que vale en este mercado está por fuera de toda consideración material. Se paga un montón absurdo por algo que materialmente no es nada”.

Cuenta que para ella es producto de una fetichización y un deterioro del sistema capitalista: “El alto grado de inequidad habla de un sistema que está torcido”.

Tal vez sea por eso que el curador y crítico de arte Jaime Cerón señaló esta semana que quien compró Salvator Mundi hubiera podido comprar 45.000 obras cada una a 10 mil dólares: ¡Todo el arte del futuro!

Aparte de lo económico y la discusión sobre la titularidad que ha propiciado esta venta, Da Vinci sigue siendo un genio del arte, la ciencia y la técnica.

La arquitecta y curadora Lucrecia Piedrahita, estudiosa del arte florentino y renacentista, reconoce a Da Vinci entre los tres más grandes artistas renacentistas, seguido por Rafael y Miguel Ángel.

“Sin duda, el personaje del arte de todos los tiempos es Da Vinci. Es el elegido para acercarse a los distintos estados del conocimiento”, anota Piedrahita.

Que aparezca su obra es igual un elemento de mercado. En 2019 se cumplen los 500 años de su muerte y no sería sorpresa una nueva historia cabalística de Dan Brown.

ELCOLOMBIANO