Cuando los comandos de la Policía encendieron la luz y lo sacaron de su cama, dudaron un instante. El tipo que buscaban era de cabello rapado, pero a este le caía el pelo en la frente y tenía una cédula con otro nombre. “Sí, yo soy”, dijo el detenido, aclarando así la situación, “soy Juan Carlos Mesa Vallejo, el que ustedes están buscando”.
De esta manera terminó una cacería de cinco años, en la que los gobiernos de Colombia y Estados Unidos le declararon la guerra a la organización criminal “la Oficina”, y en especial a alias “Tom” o “Carlos Chata”, su máximo jefe.
La captura se logró gracias a un seguimiento, contaron fuentes cercanas al operativo. La Seccional de Inteligencia Policial (Sipol) mantenía una vigilancia cercana sobre una mujer, al parecer la cónyuge de Mesa, y esta sin querer los condujo en la noche del pasado viernes a una parcelación de cabañas en el municipio El Peñol, a orillas del embalse de Guatapé.
A los agentes que llegaron al sitio, vestidos de civil, les llamó la atención que en las afueras de una de las cabañas había varias camionetas y motos, y que adentro se celebraba una ruidosa fiesta. Con la información y el pálpito que tenían, organizaron un operativo que bautizaron “Omega”, y un grupo de comandos partió desde Medellín portando una orden de allanamiento de la Dirección de Fiscalías contra la Criminalidad Organizada.
Esperaron a que los huéspedes apagaran las luces y se acostaran, y a las 3:45 a.m. de ayer entraron al predio.
En total había 14 personas, celebrando el cumpleaños número 50 de “Tom”. A él le incautaron dos pistolas con silenciador, proveedores, cachas de oro, 14.000 dólares y 96’700.000 pesos.
En el procedimiento también le pusieron las esposas a Wálter Varela, alias “la Basura”, su presunto jefe de seguridad y quien trató de proteger a su patrón empuñando una pistola, pero fue reducido en el acto por los comandos.
Sobre este hombre, las autoridades informan que inició su carrera delincuencial en la banda “Calatrava” de Itagüí y llevaba al menos dos años custodiando los movimientos de “Tom” en el área metropolitana. Incluso lo tuvo escondido un tiempo en fincas del municipio de Caldas, Antioquia.
Pero la verdadera sorpresa fue la presencia en la fiesta de Jhon Jairo Velásquez Vásquez (“Popeye”), el exsicario del cartel de Medellín, quien salió de prisión en 2014, tras estar 23 años a la sombra.
Investigadores judiciales indicaron que había sostenido un par de reuniones con “Tom” en su regreso a la libertad, mas la relación no se había confirmado hasta la madrugada de ayer.
El general Jorge Nieto, director de la Policía, señaló que entre los comensales también estaba Luis Fernando Castaño Alzate (“Botija” o “la Firma”), un integrante de la línea financiera de “la Oficina”.
En 2010 fue extraditado a EE.UU. por narcotráfico y gracias a su colaboración con la justicia de ese país, en juicios contra otros cabecillas, logró que le rebajaran la sentencia de 10 a seis años, con lo que regresó a la calle en 2016.
“Tom” será presentado hoy en la audiencia de control de garantías, en el Palacio de Justicia de Medellín, donde la Fiscalía le imputará el cargo de concierto para delinquir, por su calidad de cabecilla.
“Popeye” y “Botija” no fueron capturados, pues no había requerimientos en su contra, aunque las autoridades analizan si les cabe alguna responsabilidad por el delito de omisión de denuncia, ya que andaban con un reconocido cabecilla, cuya captura era solicitada públicamente.
El ascenso en el crimen
Mesa Vallejo se crió en el municipio de Bello, donde en los años 90, en compañía de algunos familiares, conformó la banda “los Chatas”.
Uno de los primeros crímenes que se atribuyen a la facción fue el asesinato de Yirman Giraldo Valderrama, un investigador del CTI abaleado en 1999 en aquella localidad.
“Los Chatas” pasaron a las grandes ligas de la mafia de la mano de Diego Murillo (“don Berna”), quien a principios del siglo XXI les dio la entrada a “la Oficina”, la organización mafiosa que articula a los combos del Valle de Aburrá.
“Tom” siempre estuvo a la sombra de otros cabecillas, pero su ascenso comenzó en 2009. Con “don Berna” extraditado, hubo una guerra interna en “la Oficina”, entre los sucesores Maximiliano Bonilla (“Valenciano”) y Ericson Vargas (“Sebastián”), que enfrentó a todas las bandas del área metropolitana.
Mesa Vallejo se destacó en esa confrontación, derrotando a los enemigos, y con la captura de su jefe “Sebastián” en 2012, fue erigido como nuevo cabecilla de “la Oficina”.
Otros miembros de la estructura no vieron con buenos ojos su elección y se opusieron, por lo que “Tom” es el primer líder de la organización que no controla al 100% de los combos del Aburrá.
Para acentuar su poder, estableció una alianza con “los Urabeños”, lo que le permitió acceder a esferas más profundas del narcotráfico.
Su paulatino ascenso llamó la atención de la DEA, que lo reseñó como uno de sus blancos. En 2014 el Departamento del Tesoro lo incluyó en la Lista Clinton y dos años después el Departamento de Estado ofreció 2 millones de dólares por su captura, convirtiéndolo en el segundo narco más buscado del país, solo superado por “Otoniel”, el comandante de “los Urabeños”.
Implicaciones de la captura
La caída de “Tom” es un duro golpe para “los Chatas”, que se suma a las capturas recientes de su hermano “Elkin Chata” y sus sobrinos “Alex Mentiras” y “Juan Chata”.
Investigadores judiciales, que piden la reserva de identidad, comentan que lo más probable es que las consecuencias del vacío de poder se observen primero en el municipio de Bello y el norte del Valle de Aburrá, donde “los Chatas” tienen su base de operaciones. Ahora su hegemonía ilegal podría verse en riesgo con “el Mesa” y “Pachelly”, los otros dos grupos con poder desestabilizador en la zona, lo que generaría asesinatos selectivos.
Si bien es cierto que el encarcelamiento de un cabecilla no significa desconectarlo de sus redes clandestinas, como sucedió recientemente con “Carlos Pesebre” (ver el recuadro), la pregunta del millón en quién reemplazará a Mesa en la calle.
En los registros de la Fiscalía y la DEA aparecen varios candidatos, como Geová Buriticá (“Camilo Chata”), quien también figura en la Lista Clinton; y Jorge Vallejo (“Vallejo”), quien además funge como su enlace con la cúpula de “la Oficina”.
Otra de las consecuencias podría ser una reestructuración en “la Oficina”, y en consecuencia en el bajo mundo de Medellín y el Valle de Aburrá. Según expedientes de la Fiscalía, en la ciudad hay una división latente en el crimen organizado: de un lado están las bandas que siguen la línea de “Tom”; y del otro, las que están alineadas con José Leonardo Muñoz Martínez (“Douglas”), el jefe encarcelado de la banda “la Terraza” y miembro de primera línea de “la Oficina”.
Con la ausencia de Mesa, esa especie de equilibrio en la esfera criminal podría romperse, por lo que las autoridades deben estar preparadas para una reconfiguración del mapa ilegal en la metrópoli antioqueña.
Entre tanto, el futuro de “Tom” estaría fuera del país. EL COLOMBIANO conoció que el Departamento de Justicia estadounidense está reuniendo pruebas para solicitar su extradición por narcotráfico, por lo que este podría ser el último cumpleaños que el cabecilla celebre en Colombia.
ELCOLOMBIANO