La Gobernación nombró una comisión, encabezada por Planeación Departamental, y se acordó que en los primeros días de enero de 2018 deberá estar listo el proyecto de Ordenanza que permitirá el traslado de la cabecera municipal, luego de la aprobación de la Asamblea, para lo cual incluso se podrían requerir sesiones extras de esta corporación.
“Significa acabar con una situación de provisionalidad que estábamos viviendo hace más de 25 años en el territorio”, expresó el alcalde local.
Agregó que el encuentro con el gobernador Pérez sirvió para aclarar las ideas y ahora la misión se ve más cerca de ser real. “Desde el primer día hemos buscado este espacio, se gestionó incluso con el Gobierno Nacional y en el extranjero, pero ahora se ve más realizable”, dijo.
Por su parte, Lexín Ramos, presidente del Concejo, señaló que los dos años que faltan de Administración son tiempo suficiente para terminar con el proceso de reubicación.
El Municipio ya contaba con diseños que serán revisados y actualizados para que el nuevo casco urbano esté bien equipado y tenga todos los edificios públicos necesarios para funcionar adecuadamente.
Pérez manifestó que contribuirá con el 70 % del costo del nuevo acueducto y alcantarillado, mientras que la Alcaldía asumirá el 30 % restante.
De igual manera, durante el encuentro se estableció que la Empresa de Vivienda de Antioquia (Viva) se vinculará y aportará en la misión de construir los nuevos hogares de los pobladores, tarea para la cual ya se cuenta con un censo.
La reubicación terminaría con la incertidumbre que viven a diario más de 2.000 personas en Murindó, quienes sufren por las inundaciones causadas por las fuertes lluvias y el desbordamiento del río Atrato.
ELCOLOMBIANO