El año pasado se declararon dos nuevas ciénagas dentro del territorio natural protegido en Antioquia: más de 44.000 hectáreas se sumaron para hacer parte, según el Registro Único Nacional de Áreas Protegidas, de las 652.671 con las que cuenta el departamento. Pero este año, las corporaciones ambientales tienen planes de que el número crezca más.
Los humedales de Barbacoas, en Yondó, y del Sapo Hoyo Grande, entre Caucasia y Nechí, son las primeras ciénagas protegidas; en ellas, especies como el manatí, el caimán aguja, el bocachico, el bagre rayado o la tortuga morrocoy, contarán con ecosistemas más seguros y custodiados incluso por sus mismos habitantes.
“Es un logro importante. Ya veníamos avanzando con proyectos para la limpieza de caños, cauces y espejos de agua, también en repoblamiento con alevinos (crías de peces) y, finalmente, logramos convertir en áreas protegidas los dos primeros complejos cenagosos de nuestra jurisdicción”, expresó Carlos Andrés Naranjo, subdirector de Regionalización de Corantioquia.
Fueron las dos únicas declaratorias en Antioquia, y en estos ecosistemas ya se trabaja de la mano de las comunidades —varios pescadores—, que se desempeñan como guardaciénagas, en la implementación de respectivos planes de manejo.
No obstante, este año quizás sea en el que no solo Corantioquia sino también otras entidades como Corpourabá, Cornare y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (Amva), consigan que los 13 territorios (cerca de 590.000 hectáreas) que están en ruta de declaratoria, se conviertan en las nuevas áreas protegidas de Antioquia.
“El compromiso es que cada vez sea mayor la cantidad de superficie bajo algún tipo de vigilancia para su conservación”, subrayó Naranjo.
Planes de manejo
Aunque el Amva, Cornare y Corpourabá no declararon nuevas áreas en 2017, sí se concentraron en el fortalecimiento de los planes de manejo de estos ecosistemas, que son parte fundamental para que la protección no se quede en el papel y se aplique en control en estas zonas.
“En nuestra jurisdicción logramos, en 2015, sumar 11 áreas. Por eso, nuestra tarea más inmediata es la implementación de planes y convenios para el cuidado de los hábitats”, explicó María Berrío, coordinadora de Bosques y Biodiversidad de Cornare.
No obstante, aunque el 18 % de todo el territorio en el Oriente antioqueño que hace parte de esta corporación tiene alguna figura de protección, el compromiso es lograr que en 2018 se llegue al 25 %.
“Existe una fuerte necesidad a nivel mundial de conservación de lugares que son los últimos relictos de bosques, porque allí está el agua que requerimos o lo necesitamos para mitigar el cambio climático”, manifestó Berrío.
El Amva y Corpourabá señalaron que por ser este un año electoral tuvieron demoras por la ley de garantías, razón que sumada a la falta de recursos no permitió agilizar los procesos de declaratoria.
“Muchos planes de manejo que teníamos se vencieron en 2015, cumplieron su objetivo y estamos evaluando los resultados. Por otro lado pudimos adelantar la actualización de otros como el del cerro Nutibara, trabajando también en los de otras áreas”, reveló Víctor Piedrahíta, subdirector de Planeación del Amva.
En el Alto de Insor, entre Cañasgordas, Abriaquí y Giraldo, Corpourabá trabaja en la aplicación del sistema de pago por servicios ambientales Banco2; en la ensenada de Rionegro, Necoclí, se adelantan planes para proteger las tortugas.
Elizabeth Ortiz, profesional de Corpourabá comentó que “también se desarrolla un proyecto de huertos leñeros, para que la comunidad haga uso de estufas eficientes y así evitar el consumo exagerado de madera para los fogones”.
Futuras áreas protegidas
Además de la conformación de 11 planes de manejo, Cornare también avanza en el proceso que requiere declarar tres nuevas áreas: Cañón del río Claro, en San Francisco; cuenca del río San Pedro, en Concepción; y el bosque alto andino del páramo de Sonsón.
Por su parte, Corpourabá, que adelanta la implementación de planes de manejo en su jurisdicción, tiene convenios con GEF FAO Conectividades Socioecosistémicas del Caribe y World Wildlife Fund (WWF), dos organizaciones ambientales, para lograr la protección de cuatro nuevos territorios.
“Son 348.246 hectáreas en proceso, repartidas entre cuatro nuevas áreas, dentro de las cuales está incluida una en la que trabajamos en convenio con la Gobernación de Antioquia: el cañón de La Llorona, entre Dabeiba y Mutatá”, comentó Ortiz.
El Amva, que cuenta con cuatro áreas protegidas en el Valle de Aburrá, planea este año sumar otras dos, con procesos que se adelantan desde 2016. Se trata de un humedal en Ditaires, Itagüí, y el parque Trianón, en Envigado. Ambas sumarían 27,5 hectáreas.
Finalmente, Corantioquia que avanza con paso firme en esta materia, tiene seis territorios en proceso para su protección, algo más de 182.000 hectáreas que estarán mejor custodiadas.
ELCOLOMBIANO