Urabá vive en la tarde noche de este viernes una de las jornadas más complejas de los últimos tiempos. Desmanes en inmediaciones de las alcaldías de Chigorodó, Carepa y Apartadó y la quema de dos peajes tienen a las autoridades ad portas de declarar un toque de queda en la región para evitar más víctimas.
Eliécer Arteaga, alcalde de Apartadó, señaló vía telefónica que se encuentra escondido porque algunos sujetos se metieron a la fuerza a la sede de la administración municipal e incineraron parte de ella:
“La situación es muy grave, se metieron a la Alcaldía y comenzaron a incendiarla por el parqueadero. No sabemos si se prendió toda porque el cuerpo de bomberos también está amenazado y no puede salir. Ya llegó la Policía después de tres horas, pero la información que tenemos es que en Carepa y Chigorodó también atacaron las sedes”, indicó el mandatario quien se encuentra sano y salvo.
Victoria Eugenia Ramírez, secretaria de Gobierno de Antioquia, informó que durante los desmanes ocho vehículos fueron incinerados, cuatro policías resultaron lesionados y que a la medianoche varios puntos de la vía principal mantenían un bloqueo.
Algunas infraestructuras de la zona como la vía al aeropuerto de Carepa, las principales zonas comerciales y las estaciones de Policía mantenían una vigilancia especial.
Quema de peajes
Dos de los peajes, Ríogrande y Cirilo, fueron incinerados en la tarde de este viernes por algunos vándalos que les prendieron fuego y rompieron los vidrios de las casetas.
Urabá afronta este viernes el tercer día consecutivo de protestas. Luego de que el pasado miércoles el comité levantara el paro cívico, y pacífico, algunas movilizaciones han terminado en enfrentamientos entre manifestantes y la fuerza pública.
Diócesis llama al diálogo
La Diócesis de Apartadó hizo este viernes un vehemente llamado a la cordura y a que se abran vías de diálogo para retomar el control social en la zona:
“El obispo y los sacerdotes que se encuentran en el eje bananero de Urabá hacemos un llamado a las comunidades de la zona para que desestimulemos las acciones violentas y vías de hecho como expresión de una protesta cívica y en derecho ante la implementación de los peajes”, indicó en el comunicado la autoridad eclesiástica.
Desde la Diócesis se cuestionó, además, la falta de interlocución del Estado y se invitó a abrir lo más pronto posibles escenarios de diálogo para concertar y frenar las acciones violentas:
“Lamentamos que el Estado haya desestimado el sentir unánime de estos pueblos cuya labor da tantas divisas y sobre los que se proyectan tantas obras de infraestructuras para afrontar un futuro promisorio. Pedimos encarecidamente al alto Gobierno abrir una mesa de diálogo con las instituciones de la Región para que busquemos las mejores soluciones y recobremos el control social y demos respuestas justas a las situaciones que este paro va dejando manifiestas”.
ELCOLOMBIANO